Los soldados deciden entonces prepararse una sopa de piedras, todo lo que necesitan es una olla grande.
Los aldeanos están intrigados, ¿una sopa de piedras?, eso habrá que verlo.
Cuando los soldados comentan que la sopa quedaría mejor con unas zanahorias, la sutil insinuación parece tan insignificante que uno de los aldeanos se presta a dárselas, si la col ayudara, si la patata, si la carne, si la cebada, si, si, si...
El final es inesperado y divertido.
Para mayores de 5 años.
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