martes, 3 de mayo de 2016

UN REGALO MUY VALIOSO.

 Mi pequeñajo de 7 años, llevaba días preguntándome si yo usaba pulseras.
 _ Mamá, por qué nunca te veo pulseras y anillos?, ¿no te gustan?.
 _Me encantan, pero no estoy acostumbrada a usarlas y me resultan incómodas _le contesto.
 _Pero si alguna vez alguien cariñoso te regalase una, ¿la usarías?.
 Hacía ya un rato que me había dado cuenta que mi regalo del día de la madre era una pulsera.
 No sé por qué a mi familia en general se les dá por regalarme cosas que no uso... Mi madre, jerseis de lentejuelas, mi tía bailarinas doradas, mi marido pendientes, y mis hijos pulseras...
 Bueno da igual,bueno, igual no, parecido, con lo facilona que soy yo, jersey negro o gris de cuello cisne, pantalón vaquero...
 En fin, que llegó el día de la madre, y nos fuimos a desayunar a una cafetería que me encanta, donde si hace solete salimos a la mini terraza que tiene, y donde casi tocamos las torres de la catedral.
 Así que una vez sentados, llegó el momento de darme el regalo.
 Mi cachorro sacó del blosillo del pantalón una bolsa plateada y arrugada, mientras decía...
 _ Te va a encantar, ¿verdad Roberta?, es una pulsera preciosa que nos costó muchísimo, 28 euros.
 Mientras yo les hacía las fiestas de lo mucho que me gustaba, de que no me la iba a quitar nunca en mi vida, de que daba igual que esos ganchos que tiene me destrocen los jerseis, ellos discutían sobre el dinero.
 Roberta (de 14 años), le reclamaba 20 euros.
 _¡Te digo que me los des de una vez!, ¡mamá, el niño no me quiere pagar tu regalo, así que es solo mío!.
 El se enfurruñaba, pero al final acabó cediendo, y le dio los 20 euros.
 _Pero..¿no costó 28 euros?..
 Ahí Roberta me dio una patada que todavía tengo el negrón.
 _Pues claro..._ dice ella cínicamente_ la mitad de 28, son 20.
 Entonces él se pone a llorar...diciéndome que era lo que tenía para ir a las atracciones, y que ahora no le quedaba nada. Así que después de mazarlo a besos, le di 20 euros para que los guardase bien y poder así ir a los caballitos.
 _ Jo, a él siempre le das, y a mi..._ me dice con sarcasmo.
 Así que a ella le di también.
 Toal, que me salió mi regalo en una pasta.