Canta, baila, construye castillos de arena increiblemente ambiciosos y se prueba cada prenda de vestir que tiene.
Olivia se toma muy en serio todo lo que hace, Olivia construye el edificio del Empire State en la playa y lee un cuento para dormir sobre María Callas, en el museo admira los detalles de cuadros reales de Degas y de Jackson Pollock. De este último cuadro dice que ella podría pintarlo en cincu minutos.
Las ilustraciones, al igual que el relato, son sobrias e ingeniosas, dibujadas en blanco y negro con tonos rojos.
El personaje de Olivia está basado en una persona de carne y hueso.
Falconer, escenógrafo e ilustrador de la revista New Yorker, escribió este cuento para su sobrina. Parece ser que la verdadera Olivia se toma todo este éxito con calma y, en otra ocasión, a los cinco años, se sentó al lado de su tío durante una presentación y, cuando este comenzó a firmar libros, ella escribió con cuidado O-L-I-V-I-A en cada ejemplar del libro que había inspirado.
Ufffff, estoy agotada, pero ¿a qué os gustó?.
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