CABEZAS DE TOROS CORTADAS

En el viajecito que hizo estos días mi peque a Sevilla vino agobiada, la primera llamada que me hizo nada más llegar:

_ No te lo imaginas mamá, esto está lleno de cabezas cortadas.

_ Por Dios, ¿pero en qué hotel estáis?. ¿Cabezas cortadas?.

_ Es horrible, y no hay una ni dos, hay cientos.

_ Pero... de toros ¿no?.

_ Claro mamá, no va a ser de humanos.

Entonces le expliqué un poco por encima lo de los toros, lo de los toreros y la fiesta.

Madre mía...

_ Y tú, y tú ¿qué haces para ayudar a esos pobres animales?, ay mamá y qué puedo hacer para ayudarlos?, ¿Qué puedo hacer mamá?.

_ Chica, no me agobies, pues no puedes hacer nada, ¡qué vas a hacer!.

_ Pues necesito que me ayudes_ me dice toda compungida.

_ Bueno, cuando vuelvas hablamos, pero ahora disfruta, que seguro que las cabezas de toros son de cartón piedra, ¡cómo van a ser de verdad mujer...