ESTOY ESTUPENDA

El otro día íbamos hacia el cole, y tuvimos que parar en un paso de cebra, porque pasaba una chica con una señora mayor, entre que el paso era muy largo, y que iban muy despacito, estuvimos un ratillo.

Me fijé que la chica había estudiado conmigo hacía ya un siglo o dos. Y pensé para mi: desde luego, estoy estupenda, es que no pasan los años por mi...

Le dije a mi hija:

_ ¿Ves Roberta?, esa chica que pasa por delante fue mi compañera.

_¡¡¡¡Estás de broma!!!!.

Yo pensé, fíjate, hasta la niña se da cuenta...

_¡¡¡PARECES SU MADRE!!! _me dijo ella sin cortarse un pelo.

Glups.

_ ¿Pero que dices...?- digo yo.

_Jobá mamá, fíjate bien, no es por ofender (aprendió esa frase, y la repite 16 veces al día), pero fíjate que estilosa.

La verdad es que no le faltaba detalle, botas blancas de charol con supertacones, pantalón blanco hiperajustado, chaquetita por encima de ombligo y una especie de diadema con una flor.

La sombra de ojos azul contrastaba con sus labios brillantes rojos. Y llevaba el culo de pompa.

Ese look le chifló a mi hija.

Me dio tiempo a echarme un vistazo a mi misma por encima, y claro los tenis no son nada glamourosos, y menos el pantalón vaquero roto.

_ Lo dicho mamá, no es por ofender, pero pareces su madre.

MORALEJA: Una cosa es cómo nos vemos, otra como nos ven y otra muy distinta cómo somos.

Aproveché el momento para:

_ Por cierto Roberta, no es por ofender, pero estás castigada, porque el mes pasado me contestaste mal.