
No hace mucho yo bajaba a la tienda en mi moto.
Un sábado por la tarde, la tenía aparcada delante de la tienda y me desapareció.
¡Me la habían robado!.
Así que me fui corriendo a poner la denuncia.
Allí el policía me dijo que tenía que esperar por lo menos una hora.
Sentado delante de mi, había un chico que no dejaba de rosmar.
Media hora después, el chico se sentó a mi lado, y me pregunta:
_Y tú, ¿por qué estás aquí?.
_Pues porque me robaron mi moto.
_hjfjhfjf, eso fue el Chusqui, fijo.
_¿El Chusqui?-digo yo.
_Si, es mi colega, espera que lo llama a ver si fue él el que te la robó.
_¿Chusqui?- dice él por el teléfono. ¿Has mangao hoy una moto marca tal, color tal?. Dice que si_ me dice él.
_ Pues dile que lo voy a esparrar _le contesto yo_ que me la devuelva inmediatamente.
Él chico me pasa la mano por el hombro, y me cuenta, que lo siente mucho pero que la acaba de sacar todas las piezas y que ya tiene algunas vendidas. Cuelga el teléfono e intenta convencerme de que no lo denuncie.
Total que le pregunté por qué estaba allí, me lo contó... seguía con el brazo encima de mis hombros...
_Si quieres yo te mango una pa ti _me suelta.
_No gracias, no hace falta, se la pediré a los Reyes...
En esto entra mi marido en la sala de espera.
_ Vaya, haciéndo amistades...
Después coincidimos en el juicio, pero esa es otra historia, que será contada en otra ocasión.