El otro día estuvimos en Aveiro, (Portugal), a unos kilómetros de Oporto (que también visitamos).
La verdad es que estaba precioso, todo adornado de Navidad, una temperatura estupenda y un ambiente mejor.
Aveiro es un lugar que me encanta, y a los niños también, porque no perdonamos el viaje en góndola, en el trenecito y el desayuno con miles de bollos cada cual más rico.
La visita a las casas rayadas, y al faro gigante.
Sus casas con azulejos, las casas de los marineros situadas a la orilla, la ropa colgando del tendal...
Cómo me gusta,
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