Juro que lo que cuento aquí es verdad,(excepto lo que os cuento el día de los Santos Inocentes), y vale quizás exagero las cosas al contarlas (por la emoción), pero hoy, hoy me sentí un poco volada, le prometí a mi hijo un globo supergigante de Dora la exploradora (estamos de fiestuqui en Santiago), así que dejé el coche fatal aparcado para cogérselo, pagar y listo, pero el globo costaba 5€. y yo llevaba un billete de 20€.
_No tengo cambio_ me dice el señor globero.
_Uf, pues yo tampoco lo siento_le contesto.
_Espera un segundo que vuelvo ahora, pero agarra el agarrador de globos, el tuyo que ya está suelto y ten cuidado con la bombona que no le golpee el agarrador de globos (hacía bastante viento).
_Vale, pero date prisa que pesa un montón_le dije yo con la amabilidad que me caracteriza.
Así que el señor se marchó, y se debió de marchar a China, porque tardó 20 minutos.
En esos veinte minutos salieron mil millones de quinceañeros de un instituto que hay enfrente y que estaban deseando preguntarme cuanto costaban los globos.
Cuando llegó el señor globero casi le hago comer a Dora la exploradora con mochila y todo.
A todo esto mi hija Roberta estaba en el coche haciéndome gestos de que tenía hambre, que apurase.
Así que supongo que en breve saldré en una cámara oculta...