LÁSTIMA SE TERMINÓ...

Se terminó la Navidad, me da pena.
Mis pequeños están tristes, pero se lo pasaron tan bien, con todos los primos... sin colegio...sin estudiar...
 Y los Reyes Magos que vinieron cargados, que entraron en nuestra habitación con camellos y todo, que nos dieron besos, que un paquete de regalo nos lo dejaron encima de la cabeza, que asaltaron la cocina y nos cogieron un montón de comida.
 A mi pequeño Antonio de cinco años le enviaron una carta pidiendo disculpas porque uno de los regalos que pidió se les cayó en medio del océano y varios tiburones famélicos se lo comieron.
 Me parece que esa carta le gustó más que cualquier regalo.
 A mi me gustan mucho los cuentos, procuro comprar por lo menos uno al mes.
 Uno de mis favoritos es CARTAS DE PAPÁ NOEL de J.R.R. TOLKIEN, os cuento un poquito, prestad atención porque es una gozada.
 Cada año los hijos de Tolkien recibían un sobre con un sello del Polo Norte. Dentro de cada sobre había una carta escrita con una extraña letra temblorosa y un dibujo de vivos colores o algunos bocetos.
 ¿Quién era el que las escribía ?
 Papá Noel.
 En sus cartas contaba relatos fantásticos de la vida en el Polo Norte,...como se soltaron todos los renos de los trineos y desperdigaron los regalos por doquier, cómo el inoportuno Oso Polar escaló el Polo Norte y se cayó por el tejado de la casa de Papá Noel para aterrizar en el comedor, cómo rompió la Luna en cuatro partes e hizo que el hombre que vive en ella cayera en el jardín, y cómo se declaró la guerra a una horda de trasgos picapleitos que vivían en unas cuevas debajo de la casa.
 En ocasiones el Oso Polar garabateaba una nota y otras veces el elfo Ilbereth escribía con sus trazos elegantes y fluídos para añadir vida y humor a los relatos.
 Bueno, pues yo desde que nació mi parrusquiña Roberta hace doce años, cada Navidad le pido a Papá Noel que le escriba una carta, que ella guarda, ahora también las de su hermano. Desde luego ojalá se pareciesen a las de Tolkien, pero por desgracia ni de lejos.