viernes, 2 de marzo de 2012

EL SASTRE DE GLOUCESTER

1903. Era el cuento preferido de Beatrix Potter entre todos los suyos.
La primera vez que escuchó la verdadera historia en la que se basa fue durante una visita a su prima, Caroline Hutton, que vivía cerca de la ciudad de Gloucester. Un sastre dejó en su taller un chaleco sin terminar para el alcalde de Gloucester un sábado por la mañana, y el lunes descubrió asombrado que estaba listo a excepción de un ojal, para el que "no quedaba hilo".
En realidad sus dos ayudantes habían terminado en secreto el trabajo, pero Beatrix Potter hace que el trabajo sea terminado por unos ratoncitos pardos.
Para darle más encanto, sitúa el relato el día de Nochebuena, cuando los animales pueden hablar.
El tema está dedicado a otro de los hermanos Moore, en esta ocasión a Freda, "porque te gustan los cuentos de hadas y has estado enferma".

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