...Y NO SOY UNA SEÑORITINGA!

El otro día fui al mercadillo, entre niños, calor y gente, casi me da un patatús, en un puesto de ropa, mi hija me dice que quiere un pantalón corto que le chifla y que no puede vivir sin él, así que como tenía unas ganas locas de marcharme de allí, accedo y se lo compro.

_ Tres euros_ me dice la señora.

Yo saco un billete de diez.

_¡Ay bonita!, ¿no tienes menos?.

_ Pues no, lo siento_ le contesto.

_¡Jusé!_ grita_ ¿ties dinero?.

_¡Noooooo!_ contesta Jusé.

Así que ni corta ni perezosa se gira un poquito y saca para afuera (ya sé que sólo se saca para afuera, pero es para que me entendáis mejor) un pecho cántaro de miel gigante y después de moverlo para arriba, para abajo, para un lado y para el otro, coge el dinero y me da el cambio.

Eso para mi fue a cámara lenta, Roberta mi hija abrió la boca de cuarta, y no la cerró hasta media hora después.

Yo tenía un brazo dedicado al niño y a la fruta que había comprado, y el otro lo tenía estirado para coger el cambio, pero al ver lo que hacía, mis modales me fallaron (cosa de lo que me arrepiento), y saqué la mano, le di un pequeño empujón a Roberta y le dije.

_Coge el dinero.

Ella seguía con la boca abierta mirando su pecho cántaro de miel, ya guardado en su sitio.

Cuando estábamos en esa tesitura alguien me da un grito por detrás, era mi amiga Mensalina, http://tiendamamapata.blogspot.com/2010/12/mi-amiga-mensalina.html(de la que ya os tengo hablado) que nos espachurró a los tres con un gran abrazo.

_Pero Anita, ¿qué haces por aquí?, ¡cuánto tiempo!. Anda trae,_le dice a la señora del dinero.

Dámelo a mi.

Mensalina cogió el dinero y sacó de su mandil diez euros.

_Anda que se lo regalo yo. Aurora Boreal_ le dice a su compañera de puesto_ te ha dicho mil veces que no puedes hacer eso, ¿no ves que Ana es una señoritinga?.

_ Jobá Mensalina, no soy señoritinga, lo que pasa es que me dio cosa, pero fue en el momento, si me da igual, en serio.

No sabía cómo remendarlo... así que cambié de tema.

_¿Qué tal los niños?_ pregunto.

_Esos están bien. El Jonnattan es el más grande, el Tomás es ese de ahí... así hasta ocho.

_Te veo estupenda Mensa, ¿cuándo me haces una visita?, claro que tienes que dejar a la mitad de los niños en casa, porque en la mía no caben.

_ Jua, jua, requetejuá- Mensalina se ríe así, abriendo la boca de cuarta_ como eres, ya sabes que conmigo a todas partes, y que donde caben ocho, caben dieciocho.

Después de un ratito de charla, como ella tenía que seguir trabajando nos marchamos.

Primero me coge a mi estrangulándome me da un gran abrazo, coge a mi hijo Antonio agarrándole las orejas le da mil besos, y por último coge a Roberta (que seguía mirando a la de los pechos cántaros de miel) y la espachurra contra ella. Nos despedimos, no si antes decirle al oído.

_¡Y no soy señoritinga!...