El árbol generoso fue rechazado inicialmente por el edtor, que lo consideró demasiado sensiblero, de hacho, muchos adultos consideran aún sus lecciones morales un motivo de polémica: un árbol que da y da al niño que ama hasta que ya no le queda nada. Cada día el niño acude al árbol para comer sus manzanas, se balancea en sus ramas y se desliza por el tronco.
Es un poco triste, no para todos los niños.
Para mayores de 5 años.
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