La llegada fue a las tres de la tarde, baño en la piscinita al son de un conocido D.J. (para las que no sabéis como mi amiga Imperio es un chico con muchos tatuajes que pone música) éste era demasiado moderno para mi gusto, mucho chump, chump, chump... mientras los camareros no paraban de servir mojitos.
A las 9 de la noche, ya vestidos de fiesta unos amigos se vistieron de niños de arras, otros de damas de honor... y a ritmo de la música de "love actually" los vistieron a él de Elvis Presley y a ella de Marilyn Monroe, pasamos una hora a carcajadas y después a ritmo de Rafaella Carrá (eso ya va más conmigo) estuvimos hasta altas horas de la madrugada.
Una boda diferente de unos grandes y queridos amigos que seguro vamos a tardar tiempo en olvidar.
qué divertido!!
ResponderEliminarme imagino la cara de mi suegra si yo llego a hacer algo así, jaaaaaaaaaaa,ja,ja