Siempre quiero decorarlas, pero nunca me dejan, esta vez cambiamos la receta, en lugar de hacer las que hacía mi abuela, que son de morir de ricas, hicimos unas de un cuento de Roberta, con unos limones de Esteiro que eran como melones de grandes, una hornada se nos tostó un poco, pero la siguiente, la siguiente, la comimos en exactamente dos minutos.
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