domingo, 12 de mayo de 2013

SEÑORA URBANA

 El otro día fue fiesta en Santiago de Compostela, y como cada año visitamos la fiesta del caballo, que podéis ver un poquito más arriba.
 Pero en un apartado de la feria, había unas ovejas y unas cabras tan bonitas, que mi familia se enamoró de ellas. Bueno, no toda la familia, sólo el cabeza de familia puso mala cara, y ni las miraba.
 _ ¡Ay mamá, te lo ruego, sólo esa cabrita, sólo una!.
 _ ¡Ay mami, que monada!.
 Así empezó nuestro enamoramiento.
 La cabrita, era preciosa, y lamía a mi bebé Antonio, que al momento, le puso nombre, Le podemos llamar Señora Urbana.
 _ Si hombre, que nombre tan raro, de eso nada, hay que buscarle otro nombre...
 Yo miraba de reojo al que iba a pagarla, y sólo movía la cabeza de un lado para otro, diciendo que no.
 _ Pero papá, yo la cuido, te lo prometo, yo la cuido.
 _Vamos a ver, era lo que nos faltaba, una cabra, NI HABLAR, que NO, que No.
 _ Señora Urbana, déjame tocarte el cuerno.
 Y la Señora Urbana se pegaba a los niños.
 _ Papá, papá, papá.....
 _ NO, tenemos 6 gallinas, dos tortugas, un conejo, y dos perros, ¿y ahora la cabra?. NO.
 La señora Urbana parecía entenderlo todo y lo miró a los ojos.
 Bueno, primero me miró a mi, y me llamó Mamá, así...mamáaaaaa, mamáaaa.
 Y después lo miró a él y le dijo.
 _ Beeeeeeeeee.
 Después de media hora, dos llorando, una enfadada y otro contento, nos marchamos, no sin antes coger el teléfono del dueño de las cabrita.

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