domingo, 10 de febrero de 2013

TUNEADOS A MI...

 Hace un tiempo iba con mis hijos en coche despacito, por el centro de Santiago, la verdad es que iba despacio, por una carretera con un carril en sentido único.
 Detrás, un coche tuneado me hacía luces para que fuese más rápido. No le hice caso, porque había peatones cruzando, y un poco más adelante, el semáforo estaba en rojo.
 La carretera de un carril, se convirtió en una carretera de dos carriles en la misma dirección, pero el semáforo seguía en rojo, y el coche tuneado aceleró a tope, haciendo mucho ruido, miré hacia él y vi que era un dieciochoañero con su novieta que me estaban llamando de todo.
 Mi hija estaba roja como un tomate, y yo sin inmutarme le iba echando el responso de la gente mal educada como el chico de mi izquierda, y que por Dios, ella nunca lo hiciese, porque sobre todo tenía que tener respeto, que esa era la clave de la vida. EL RESPETO.
 El semáforo seguía en rojo.
 Y yo sin mirar a los de mi izquierda y hablando de una forma pausada con mi pequeña de 11 añazos, metí la primera, sin soltar el embrague.
 El semáforo se puso en verde, y yo aceleré.
 Aceleré de tal manera que el coche hizo BRRRRRRRR, y como una dieciochoañera le hice un feo gesto a los chicos de al lado que hacía mil años no hacía, me salió del alma, así, sin pensar.
 La cara de mi hija era un poema, y yo sólo le decía....
 _ Nunca hagas esto, nunca, jamás lo hagas, es horrible, feo y asqueroso.
 Mientras una sonrisita venenosa salía de mi interior. Tuneados a mi....
 

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