_¡Ay!-contestó ella-.Si no puedo comer ningún rapónchigo del jardín de detrás de nuestra casa moriré.
Así que trepó por el muro de la hechicera, cortó a toda velocidad un manojo de rapónchigos y se los llevó a su esposa... (de los hermanos Grimm).
Lo mismito, lo mismito que haría mi maridito...
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