miércoles, 2 de noviembre de 2016

UNA CARTA DE AMOR

Imagen:"diariodeboda".
 Hoy en facebook me saltó una fotografía de una carta de una madre a su hija. Normalmente no sé por qué no leo casi nada de facebook, pero esta vez la abrí, y la leí.
 Partamos de la base de que soy un poquito paranoica...
 Es decir, desde que tengo niños me volví rarita.Yo creo que antes no lo era la verdad, pero fue ver la cara de mi gorda cuando nació y decir...¡Ay Dios mío!, ¿qué hice?, es mía, como el del señor de los anillos. Sólo mía...¿y ahora?...
 Así pasó el tiempo hasta que una amiga mía, mi amiga del café mañanero un buen día, después de hacer mogollón de planes de futuro, de pensar en pasar nuestra jubilación jugando al bingo en Benidorm, de pensar en teñirnos de rubias, dejar las uñas larguísimas, y pintarlas de granate, de ir a la pelu todos los días y hacernos peinado cardado, de bailar Mocedades  hasta altas horas de la madrugada en la sala de fiestas, en fin unos planazos... me dejó. Si así, falleció.
 Así que creo que fue desde ese momento en el que empecé a pensar diferente.
 Yo ya era de cartas, es decir, en mi casa Papá Noel trae carta, los Reyes Magos traen cartas, etc... y guardo cosas. Cada uno tiene una caja secreta en la que no saben lo que contiene, pero que les va a gustar.. algún diente que se llevó el Ratón Pérez, el cuento favorito, recuerdos...
 Pues bien, mi hija Roberta en agosto cumplió 15 años.
 ¡15 años!.
 15 años tiene mi amor...
 Y le escribí (como no), una carta.
 Y hoy me encuetro en facebook la carta de una madre a su hija de 15.
 Y leo los comentarios que pone la gente, y a mi que normalmente me importa un pepino, esta vez me dio algo de cosa, básicamente porque coincidíamos en solo un par de cosas, en el resto en nada, y lo peor de todo... es que creo que la más coherente es la de la mujer y no la mía.
 Di tú que mi cachorra está acostumbrada a que le diga cosas tipo..."de esta casa no se va nadie hasta los 42 años", "cuando vayas a estudiar fuera no te preocupes que voy contigo.."
 Así que leí la carta de esa señora un par de veces, y me di cuenta que seguramente si nos encontrásemos alguna vez... nos tomaríamos un café de tres horas...

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