Jacqueline Wilson muestra hasta qué punto es capaz de resistir una familia ante las mayores dificultades, pero siempre procurando que su mensaje llegue de forma clara y asimilable hasta sus jóvenes lectores que quizá estén afrontando una situación semejante.
La situación entre Marigold, alcohólica y de perfil maníaco-depresivo, y sus hijas Dolphin y Star, plantea todo un reto. En sus días buenos, Marigold es una madre dedicada, que adora arreglarse, inventar juegos y contar cuentos. En sus días malos, sus hijas deben hacer de madres.
Para Star, de trece años, el amor se ha mezclado con el cinismo, la vergüenza y el menosprecio. Corresponde a Dolphin, la narradora, reconocer los días buenos de su carismática madre.
Dolphin está fascinada por los tatuajes que cubren el cuerpo de su madre y que el ilustrador Nick Sharratt integra el texto.
El lector debe imaginar la infancia de Star y pensar que quizá alguna vez amó a Marigold de una forma más sincera que Dolphin.
Wilson deja claro que Marigold no intimida a sus hijas. Son las situaciones que provoca Marigold lo que asusta.
Otros adultos se escandalizan por el carácter excéntrico de Marigold y las niñas sufren cuando sus padres no pueden sobrellevar los momentos difíciles.
La esperanza surge cuando Dolphin encuentra apoyo en una amiga de la escuela y en una bibliotecaria.
La compasión sin sentimentalismo convierte lo que podría haber sido una historia desgarradora en un relato agradable para lectores adolescentes.
PARA MAYORES DE 14 AÑOS.
ESCRITO POR: Jacqueline Wilson.
ILUSTRADO POR: Nick Sharratt.
AÑO: 1999.
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