Hoy mi hija Roberta cumple 11 años, eso pasó a un segundo plano pues me cogió a solas y me dijo:
_Mamá, siento tener que decirte una cosa.
Yo no contesté, porque su cara era un poema y me cogió en frío.
_No creo en los Reyes Magos, ya sé que sois papá y tú.
Yo abrí la boca de cuarta y me quedé callada, con los ojos como platos y sin saber que decir.
_ Este año todavía me lo creí, pero ahora ya no.
Seguí con la boca abierta.
_ Ala, ya está, ya lo solté.
_ Pero...pero... no es cierto, si que existen, no puedes decir eso, si no, ellos te escuchan y... y.... lo juro...(ahí crucé los dedos detrás de la espalda).
_ Mamá no cruces los dedos detrás de la espalda.
Así que los descrucé enseñándoselos.
_ ¡No los estoy cruzando!_ le grité _ ¡No los estoy cruzando, lo juro!_ ahí intenté cruzar los dedos de los pies, pero no fui capaz, a lo mejor es que son un 41.
Ella me miró con cara de perdonavidas y yo seguía teniendo taquicardias.
_ Roberta, te juro que si que existen, lo miramos en internet, se lo preguntamos a papá que es más listo que yo... Te lo juro, te lo jurooooo....
_ Mira mamá están saliendo ya las castañas...
Y me deja así hundida en la miseria, así que ya sabéis, si mañana palmo es por haber jurado tanto y tener un disgusto así en pleno mes de Agosto.
