martes, 9 de noviembre de 2010

MENUDO APURO

El viernes pasado cuando iba a buscar a la niña al cole, desde la otra acera veo a mi amiga Maika con el carrito de su bebé que me gritaba y que cruzaba volando por la carretera, yo no le entendía lo que me decía, pero vi que era algo grave porque su cara estaba desencajada.
_Atrás _me decía_ en el portal.
Doy dos pasos hacia atrás y en el portal había un señor tirado con un charco gigante de sangre.
Tengo que decir que yo soy de las que se marea y que se me ponen los ojos en blanco si veo una sola gota de sangre, pero eso no era una gota, eso era el lago Ness en la baldosa blanca reluciente.
_Ahhhhh, ¿qué hago?, ahhh_grité yo.
Vi que el señor no estaba muerto, cosa que me alegró.
_¿Cómo era el teléfono?, ¿cómo era el teléfono?, 091, 092, 981577225 (no, ese es el de la tienda)...
_112 burra.
El móvil casi no lo utilizo, con lo cual tampoco soy muy hábil.
001,1112, 2221... siete horas después logré marcar el 112.
El señor seguía vivo (menos mal), pero se estaba poniendo un poquito verde.
De repente me acordé que en ese portal hay un médico, no sé cómo tuve esa lucidez mental, pocas veces utilizo esa zona del cerebro, así que dejé a Maika colgada con la bebé y con la sangre, y con el señor y subí e 3 segundos y medio hasta el cuarto piso.
Cuando llegué, tengo que decir que sin respiración timbré y golpeé la puerta.
Y salió una enfermera que me dijo con vocecita de pájaro carpintero:
_ Señora tranquila que le iba a abrir ahora...
Le expliqué en décimas de segundo lo que había pasado, y con una lentitud asombrosa fuwe al despacho del doctor, golpeó la puerta muy despacito ( no fuese a romperse una uña), así que le di un empujón (pequeñito, si lo sé se lo doy más fuerte), y le expliqué al médico por séptima vez lo que había pasado, total que bajó y ayudó al pobre señor, que el color verde de su cara era todavía más intenso.
El charco de sangre ahora parecía el Océano Índico y ya no se veía la baldosa blanca.
Uno de los chicos que se había parado a ayudar a Maika me decía que sujetase al señor para que estuviese de medio lado.
Mientras yo entre arcadas disimuladas claro y rezando el Padrenuestro para que no me salpicase y no se me muriese lo agarraba sólo con dos dedos.
En eso llegó la ambulancia y ya no supe más hasta ayer, que me llamó por teléfono una amiga para decirme que el señoriño estaba en perfecto estado.
Cuando llegué a casa y conté lo que había hecho ni se inmutaron, creo que no se lo creyeron...

11 comentarios:

  1. Madremia, me has puesto la piel de gallina;)

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  2. Pues nena, es tan sencillo como que habéis salvado una vida.

    Un besazo para ti que te lo has ganado.

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  3. creo que tengo que ir a santiago mas a menudo, por aquí no pasan esas cosas, bueno a mi no me pasan esas cosas!!!

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  4. que sangre fria la vuestra,lo hicisteis muy bien

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  5. Guau,, pues ese hombre está vivo gracias a tí. Me alegro que después del susto que debiste pasar, todo saliera bien. :)

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  6. ¿ tú en medio de un charco de sangre y sin perder el sentido ??? conociendote es como para no creerselo Anita , besos

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  7. QUE FUERTE¡¡¡. A MI ME HUBIERA PASADO COMO A TI, QUE NO SE QUE NUMERO MARCAR. A LA ENFERMERA, CUANDO LA VEAS, LA ROMPES UNA PIERNA, Y ESTOY DE ACUERDO CON PATRICIA, HABEIS SALVADO A ESTE SEÑOR. UF....YO NO HUBIERA PODIDO. SOY DE LAS QUE ME DESMAYO CUANDO ALGUIEN ME CUENTA COMO FUE SU PARTO(VERIDICO).
    VALIENTES¡¡¡¡

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  8. ay, pues ni falta q hace q a uno le pasen esas cosas...

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  9. ay, pues ni falta q hace q a uno le pasen estas cosas...

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  10. De qué era la sangre??? No te dió curiosidad??? Enhorabuena has sabido comportarte!!!

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  11. Yo, tuve algo parecido en la Corticela, un cura le dió un ataque epiléptico se abrió la cabeza en la caída y la pelma de la que venía conmigo ( a poner las velitas al santo de los exámenes) le dio un ataque de histeria. Es decir, que dejé aquel panorama y me fui corriendo a la Sacristía, allí debían de tener teléfono, pues... no había móviles e aquella época!( sólo lo tenían unos pocos y eran del tamaño de una llave inglesa). Me acompañó el cura que estaba allí y fue con total parsimonia ( cómo la tuya!) para ver con sus propios ojos que pasaba ( se llamaría Tomás! ) y...¿sabeis qué le hizo ?!, la extremaución!!!!. Bien es cierto que yo nunca había visto un ataque epiléptico y aquello se parecía mucho a una...a una posesión satánica!. Agitaba la cabeza de un lado a otro con la vista fija y...la dentadura postiza saliéndosele de la boca, sin olvidarnos de la sangre que le caía por la frente del golpe al caerse del banco que está en el altar y caer como un fardo en el pétreo suelo.
    El cura de la extramaución se fue ( esta vez, por fin, a llamar a la ambulancia, que vino pronto ).Fuimos a una hora donde no había ni Dios!, menos iba a haber un médico o ATS por allí.
    Jajaja, ahora me río por lo que decías de rezando un Padrenuestro para que no "te manchara", pues yo, que casi nunca llevo nada prestado de mi hermana, ese día llevaba una cazadora azul de cuero de mi hermana comprada en un mercadillo de Londres con el forro escocés...una monada!. Se la puse al hombre de almohada y le quite...¡la dentadura!. Con los dedos y ayudándome con el pañito de puntillas que estaba en el altar.Para que respirara tuve que dejar mis escrúpulos!. Más bien lo que tenía era miedo!.
    Entonces...el hombre ( ya sin dentadura y con algo de lucidez pero sin poder hablar ), me señalaba el bolsillo derecho del pantalón. En él, había un bote de micropastillas. Intuyo que tiene que tomarse una, o dos?. Bien, sirviéndome de nuevo del sagrado altar, había un recipiente de cristal con agua(supongo que estaba bendita) y se la dí ( incorporándolo para que no se atragantara como mi hermana cuando era pequeña y que casi la ahogo ). Cuando llegaron los muchachos de la ambulancia y les dije lo del golpe,los extraños movimientos y les enseñé el bote de las pastillas, me explicaron que fue un ataque de epilépsia. Cuando miré hacia atrás había un grupo de curiosos y, con lo pequeña que es esa iglesia...me parecía que estaba llena y, en primera fila, mi colega con la señora que la seguía tranquilizando. Me recordó mucho a tu historia, la mía debío de ser en el 94!. Bebybo, sí parece que estas cosas sólo pasan en Santiago!, jajaja. Eso, sí final feliz. Que sepais que os podriais sorprender de la capacidad de reacción oculta que tenemos TODOS ( o eso me gustaría creer ). Bss La madre de Manuela

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